Ser un Cuidador
Cuidar a alguien con la enfermedad de Alzheimer es a menudo una prueba estresante y exigente. Si usted o alguien a quien conoce es un cuidador, es importante recordar que los cuidadores tienen necesidades y emociones reales—y que deben cuidar de sí mismos, así como de su ser amado. Para ayudar con el manejo de la tensión de cuidar, es importante estar dispuesto a sentir emociones diversas (incluyendo sentimientos negativos), expresarlas y tratar con ellas.
Los cuidadores deben darse permiso de reconocer que son sencillamente humanos. Está bien y es “normal”:
- Sentir enojo: Convierta esta emoción en acción positiva. Limpie un armario, de un paseo, o hable con alguien.
- Expresar frustración: Interrumpa lo que está haciendo, respire profundamente y comience una actividad diferente.
- Tomarse cierto tiempo: Siéntese en la silla favorita en una habitación tranquila, dese una salida a la tienda, o pase unas horas con sus amistades.
- Pedir ayuda: Consulte a sus familiares, amigos y agencias locales para obtener fuentes de servicios. Muchos consultorios médicos y líderes religiosos proporcionan referencias.
- Reconocer sus límites: Usted es una persona valiosa. ¡Cuídese usted también!
- Cometer errores: Nadie es perfecto, y los errores le ayudan a aprender.
- Experimentar aflicción: Es normal estar triste por la pérdida de la conducta habitual en que se solía hacer las cosas.
- Reír y amar: Ahora más que nunca, es importante tener conexiones significativas.
- Tener esperanza: Pensar en el mañana, pues puede ser un día más tranquilo, un amigo puede llamar, o pueden surgir nuevos tratamientos.
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