Bio-jaquear la salud cerebral: la investigación que explora el ayuno y los cambios en la dieta se muestra prometedora para retardar la enfermedad de Alzheimer y mejorar la cognición

Por Kaci Baez, BrightFocus Foundation
  • Asesoramiento especializado
Published on:

Despertador en plato rosa con tenedor y cuchillo junto con una cinta métrica.

 

Revisado científicamente por Sharyn Rossi, PhD, BrightFocus Foundation

Los investigadores, incluidos los becarios de BrightFocus, han estado examinando cómo las intervenciones modificables en el estilo de vida, como el ayuno intermitente, la dieta que "imita el ayuno" (FMD, por sus siglas en inglés), la suplementación con cetonas y otros cambios específicos en la dieta, pueden ayudar a las personas a retardar la enfermedad de Alzheimer, mejorar la cognición y vivir más tiempo.

Aunque el ayuno, o comer bajo restricción de tiempo dentro de un período determinado, se ha explorado durante mucho tiempo como una herramienta para perder peso rápidamente, la investigación sobre los muchos otros beneficios para la salud de las técnicas de ayuno ha estado en curso durante décadas. Hallazgos recientes sobre métodos de alimentación con restricción de tiempo, cambios nutricionales y otras intervenciones han mostrado resultados positivos y prometedores en estudios con animales y estudios limitados en humanos afectados con la enfermedad de Alzheimer y la cognición, aunque todavía se necesitan más ensayos aleatorios controlados en humanos.

Pero ¿cómo funcionan realmente estos “bio-jaqueos”? ¿Qué muestra la investigación y quién podría beneficiarse?

Cómo el ayuno y el factor cetónico combaten el envejecimiento

El ayuno provoca la alteración coordinada de numerosos mecanismos metabólicos y de transcripción que pueden influir en las células de todo el cuerpo, produciendo un estado metabólico alterado que optimiza el funcionamiento celular al eliminar o reparar moléculas. Esto aumenta la resiliencia al estrés, reduce la glucosa en sangre y disminuye la inflamación, lo que culmina en un rendimiento cognitivo constante o mejorado.

Un aspecto central del ayuno, que es diferente a la simple restricción de calorías, es que el cuerpo atraviesa por un cambio metabólico de usar glucosa a usar cetonas como combustible, entrando en un estado de quemar grasa llamado cetosis, como resultado de la reducción de las reservas de energía del hígado y la movilización de la grasa.

Los cambios metabólicos que ocurren durante ciclos repetitivos desde el ayuno hasta la ingesta de comida pueden ayudar a respaldar la función cerebral y la resistencia al estrés y la enfermedad.

Las cetonas desencadenan la producción del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), una molécula que promueve el crecimiento de nuevas células cerebrales y las protege del estrés, lo que les permite vivir más tiempo y fortalecer las neuronas y las conexiones neuronales en áreas del cerebro responsables del aprendizaje y memoria.

Según el neurocientífico y experto en envejecimiento cerebral Mark Mattson, PhD, el Instituto Nacional del Envejecimiento (como se publicó en una entrevista), los científicos han descubierto que el ayuno aumenta los niveles de cetonas más que la dieta cetogénica estándar o baja en carbohidratos. Las dietas cetogénicas pueden aumentar las cetonas cuatro veces, mientras que se ha demostrado que el ayuno aumenta las cetonas hasta veinte veces. Como resultado, el ayuno, en comparación con una dieta cetogénica, puede tener un efecto más grande y beneficioso sobre la salud general y el envejecimiento.

Un proyecto activo de Alzheimer’s Disease Research (Investigación sobre la enfermedad de Alzheimer) en BrightFocus también está investigando cómo los cerebros usan las cetonas como combustible contra la enfermedad de Alzheimer. Los investigadores están desarrollando nuevas sondas para imágenes y así visualizar cómo el cerebro utiliza las cetonas como fuente de energía alternativa y comparando estas signaturas o señales con el metabolismo de la glucosa cerebral. Los resultados altamente esperados proporcionarán nuevos conocimientos sobre posibles modos de tratamiento y se espera que se publiquen en los próximos meses.

Es importante tener en cuenta que las dietas cetogénicas convencionales se han asociado con efectos adversos como problemas gastrointestinales, pérdida de peso (que a menudo debe evitarse en enfermedades neurodegenerativas), colesterol alto y deficiencias de vitaminas y minerales. Y aunque no se debe emprender un plan de modificación nutricional importante sin consultar a un médico, los investigadores también han encontrado que la suplementación con cetonas exógenas con cuerpos cetónicos, o bebidas con infusión de cetonas, tiene resultados similares al ayuno intermitente en algunos estudios.

Además, los factores de riesgo genéticos también pueden desempeñar un papel en la eficacia de estas intervenciones en el estilo de vida, como también está siendo investigado actualmente por un proyecto de la Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer en BrightFocus.

Comer para vivir más

Componentes claves de la Dieta de la Longervidad.

Valter Longo, PhD, autor de The Longevity Diet: Discover the New Science Behind Stem Cell Activation and Regeneration to Slow Aging, Fight Disease, and Optimize Weight (La dieta de la longevidad: descubra la nueva ciencia detrás de la activación y regeneración de células madre para retardar el envejecimiento, combatir enfermedades y optimizar el peso) y profesor de gerontología y ciencias biológicas en la Universidad del Sur de California y director de Longevity Institute, aboga por la práctica de un estilo de vida saludable que incluya intervenciones dietéticas y de estilo de vida como la dieta de longevidad para promover un envejecimiento saludable, vivir más y retardar la progresión de la enfermedad de Alzheimer. En 2018, la revista TIME nombró al Dr. Longo como una de las 50 personas más influyentes en el cuidado de la salud por su investigación sobre las dietas que imitan el ayuno como una forma de mejorar la salud y prevenir enfermedades. Con base a dos décadas de estudios clínicos e investigación epidemiológica, incluida la investigación en poblaciones que reciben menos diagnósticos de Alzheimer, como son los lugares sobresalientes de longevidad abundante de personas centenarias en Okinawa, Japón y Loma Linda, California, el Dr. Longo describió la dieta de longevidad rica en plantas como " más allá de un medicamento a base de alimentos que tiene la mayoría de los beneficios de una dieta vegana sin los problemas de una dieta vegana”, como son la desnutrición y el aumento de las fracturas por estrés (movimiento repetitivo).

La dieta de la longevidad está casi libre de grasas saturadas y grasas trans que se encuentran en grandes cantidades en los alimentos de origen animal, que se han asociado con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer y demencia en estudios realizados en el proyecto Chicago Health and Aging. Los alimentos procesados también se han relacionado con un mayor riesgo de demencia.

Los componentes centrales de la dieta de longevidad alta en carbohidratos complejos y baja en proteínas incluyen:

  • Dos comidas al día y una pequeña merienda o refrigerio 
  • Alimentos ricos en omega-3 
  • Vitaminas B, C, D, and E 
  • Legumbres 
  • Cereales enteros o integrales 
  • Hortalizas o verduras o vegetales 
  • Algunos pescados (con niveles bajos de mercurio) 
  • Azúcares al mínimo 
  • Café – aceite de oliva (3 cucharadas por día) y nueces o frutos secos (1 onza por día) 
  • Evitar todos los productos de origen animal, excepto el pescado con bajo contenido de mercurio y el queso u otros productos lácteos de leche de cabra 
  • 12 horas para comer y 12 horas de abstinencia o “ayunar”, por día 
  • Ejercicio: caminar durante una hora todos los días y tanto como sea posible (si puede, suba las escaleras); incorporar 2.5 horas a la semana de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa, incluido entrenamiento de fuerza y pesas libres

En un estudio publicado a principios de este año en la revista Cell, el Dr. Longo y la coautora Rozalyn Anderson de la Universidad de Wisconsin dijeron que mantener un IMC (Índice de masa corporal) inferior a 25, junto con niveles ideales de grasa y masa corporales magra específicos para cada género y edad y de circunferencia abdominal, deben usarse como pautas para establecer la ingesta diaria de alimentos en lugar de un nivel de calorías establecido. En adultos jóvenes y de mediana edad, un IMC alto se asocia con una cognición reducida o un mayor riesgo de demencia más adelante en la vida. 

La evidencia también está aumentando para respaldar la noción de que el ayuno intermitente puede tener beneficios para la salud asociados con enfermedades cardiovasculares, el estado de ánimo y la diabetes, un factor de riesgo modificable para la enfermedad de Alzheimer, entre otros. Aquellos que tienen diabetes solo pueden ayunar bajo un estricto control de salud y de su medicación, ya que no es una práctica adecuada para todos y también puede ser perjudicial si necesita ingerir alimentos en ciertos horarios o toma medicamentos que afectan su sangre. 

La dieta “que imita el ayuno” 

En un estudio reciente en Cell Reports, los investigadores, incluido el Dr. Longo, descubrieron que los ciclos de una dieta que imita el ayuno parecen indicar una reducción de los signos de la enfermedad de Alzheimer en ratones. 

La dieta que “imita o simula el ayuno”, que también es un pilar de la dieta de la longevidad, está diseñada para imitar los efectos de un ayuno de solo agua sin dejar de proporcionar los nutrientes necesarios. En ratones, los investigadores encontraron una reducción de inflamación cerebral y un mayor rendimiento cognitivo, además de niveles más bajos de dos causantes de la enfermedad: la beta amiloide, el componente principal de la acumulación de placa en el cerebro, y la proteína tau hiper fosforilada, que forma ovillos en el cerebro. 

Los primeros datos clínicos indican que cinco días al mes de FMD son seguros y factibles para el grupo de pacientes con deterioro leve o enfermedad de Alzheimer temprana quienes también fueron estudiados; sin embargo, el Dr. Longo afirmó que aún se necesitan más estudios en humanos y que las personas no deben emprender este régimen sin la estricta supervisión de profesionales médicos. Se debe señalar, que el ensayo clínico también proporcionó a los pacientes suplementos de grasas de origen vegetal diariamente para promover un estado más cetogénico.

Entonces, ¿deberían todos comenzar a ayunar? 

No es tan simple. Cada persona es diferente, y solo un médico o un profesional médico calificado debe brindar orientación sobre lo que es apropiado. 

Las personas que necesitan tomar ciertos medicamentos que requieren ser consumidos con alimentos o que toman medicamentos para el corazón o la presión arterial pueden tener más probabilidades de sufrir desequilibrios peligrosos en el potasio y el sodio cuando están en ayunas. No se recomienda a las personas con antecedentes de trastornos alimentarios que intenten el ayuno intermitente, porque también puede provocar una serie de efectos secundarios, como fatiga, insomnio, náuseas y mareos. 

En una revisión de la investigación del Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA, por sus siglas en inglés) publicada en el New England Journal of Medicine, los autores Rafael de Cabo, PhD, del Programa de Investigación Intramural (IRP) (por sus siglas en inglés), del NIA y Mark Mattson, PhD, afirmaron que si bien los beneficios del ayuno son evidentes, los ensayos en humanos han involucrado principalmente intervenciones relativamente a corto plazo y no han proporcionado evidencia de los efectos a largo plazo en la salud, incluidos los efectos de la extensión de vida, y que se necesitan estudios para determinar si este modelo de alimentación es seguro para las personas con un peso saludable, o que son más jóvenes o mayores, ya que la mayoría de las investigaciones clínicas hasta ahora se han realizado en adultos con sobrepeso y de mediana edad. Además, se necesita investigación para identificar medicamentos seguros y efectivos que imiten los efectos del ayuno intermitente sin la necesidad de cambiar sustancialmente los hábitos alimenticios. 

Conclusión 

En última instancia, los "bio-jaqueos" como el ayuno o la alimentación restringida por un tiempo son solo palabras que tienen un valor limitado; una misma talla o formula no vale para todos. Lo que es más importante es qué tipo de ayuno o método de alimentación con restricción de tiempo es mejor para un individuo, si es que le aplica, y aún se necesita investigación adicional sobre la enfermedad de Alzheimer en humanos. 

¿Las buenas noticias? 

Nunca es demasiado tarde para comenzar a incorporar prácticas de nutrición más saludables; adaptadas a las necesidades individuales; en conexión de profesionales médicos en la búsqueda de una mejor cognición. 

Hacer cambios saludables en la dieta a través de programas como la dieta de la longevidad u otras prácticas de alimentación limpias y a base de plantas es una forma más accesible y comprobada de impulsar la cognición a través de una dieta rica en hortalizas o vegetales, carbohidratos complejos y ácidos grasos omega-3 y baja en azúcares y grasas no saludables. 

El Dr. Longo anima a cualquier persona cuyos padres o abuelos padecieran la enfermedad de Alzheimer a realizar pruebas genéticas y determinar si tienen factores de riesgo para la enfermedad y hablar con su médico sobre las modificaciones de la dieta que pueden ayudar a prevenir o retardar la enfermedad. Los investigadores también han vinculado varios otros patrones de alimentación, como la dieta mediterránea, la dieta DASH y la dieta MIND, para reducir el riesgo de Alzheimer, brindando más opciones para las personas que buscan cultivar la salud del cerebro a través de su dieta.

Recursos adicionales: 

Explore más recursos de vida saludable para la enfermedad de Alzheimer. 

 

No te pierdas.

Reciba información sobre la enfermedad de alzheimer, actualizaciones de investigaciones y historias inspiradoras.