La historia de Larry

Mi nombre es Larry Woodard. Descubrí que tenía glaucoma cuando fui al optometrista para comprarme unos anteojos o gafas nuevas y, al examinarme los ojos, ella me dijo que necesitaba acudir a un oftalmólogo lo antes posible. Fue algo totalmente inesperado para mí. No me imaginaba que iba a ser tan serio. 

Aprender a vivir de otra manera, porque cuando tienes glaucoma, no puedes recuperar la vista que has perdido. Y para mí, eso significó un cambio total en mi independencia. Cambia cosas como el empleo. Cambia cosas como tu vida social. En cuanto a tu familia, también cambia las cosas con ellos, porque te ven de otra manera y tienes que depender de ellos un poco más. 

Yo diría que para aquellos que son afroamericanos como yo, es de vital importancia que se hagan revisiones oculares. Cuando vayas a hacerte un chequeo médico periódico, incluye también en tu plan médico la revisión de la vista. 

A medida que pasaba el tiempo y mi pérdida de visión se hacía más evidente, me afectó mentalmente, especialmente cuando perdí la vista. No sabía qué hacer. Afectó a mi identidad, quién soy y qué soy, y ¿qué voy a hacer ahora? Simplemente intento hacerlo y siempre trato de encontrar algo que pueda hacer, o ayudar a los demás, y trato de utilizar mi pérdida de visión como un propósito. Y así, para mí, la falta de visión me da una visión diferente. 

Es muy importante poder defender y ayudar a los demás, quizá ser un ejemplo vivo. Me da la oportunidad de hacer saber a los demás lo que pueden hacer y que todo irá bien. No quiero que nadie tenga que pasar por lo que yo pasé. Quiero que sepan que es necesario ir a hacerse un examen ocular. Puede ocurrirles a ustedes a una edad temprana. Vayan a hacerse un examen y averígüenlo. Si no hay nada, no pierden nada. Pero si hay algo, lo sabrán y hay mucho que puedes ganar. Podrán obtener ayuda. Podrán obtener apoyo. Podrán recibir tratamiento. 

La detección y el tratamiento tempranos son de vital importancia. Tome el control de su vista. Programe un examen ocular.